Yeshivá Virtual - Cuando uno pone sus ojos en el suelo

¡¡¡Saludos fanáticos del Etz Hai Kabalístico!!!

¡Bienvenidos a una más de sus famosisisisísimas sesiones de la también requetefamosisisisisísima Yeshivá Virtual (todavía en el exilio, bu, bu, bu)!!!

Hoy nos vamos a aventar una sesión Mesiánica porque ya llevamos muchas sesiones sin tratar directamente con el nombre de Mashiaj (Mesías o Cristo) que es Yeshua (Jesús). ¡Que tal!!! (¡Wow!!! ¡Seguro va a estar de pelos! ¡ya no me puedo aguantar para leer!!! ¡Ahhhgggg!!! ¡Que padre!!!).

Hoy hablaremos sobre la revelación espiritual (¡Orale!). Conste que no voy a meterme en porquerías metafísicas ni nada de eso ¿he? Así que buzo con los orientales mis estimadísimos Talmudim (Estudiantes de las escrituras).

Acorde a los HaJamim (Sabios) antes de la trasgresión de Adam (Adán), el Universo se encontraba en un nivel espiritual más elevado que el actual. En este estado la mentira no podía tener ninguna manifestación material, por lo que la mentira no existía sino únicamente como un concepto, sin tener una traducción real. Después de la trasgresión de Adam (Adán) el Universo cayó a un nivel espiritual menor, donde la materia se convierte en un elemento aparentemente más dominante. En estas circunstancias la mentira encontró la forma de materializarse y corromper constantemente al Universo hasta el nivel de materialismo en el que nos encontramos hoy, donde parece que solamente existen aquellas cosas que puedes ver.

De esta forma, mientras más seamos dominados por la materia, más corrompemos nuestra propia alma. Sin embargo, mientras más pongamos nuestros ojos en El Rey del Universo, El eleva nuestra alma espiritualmente y El nos permite dominar sobre la materia. Al dominar nosotros sobre la materia, esta se eleva junto con nuestra alma, eliminando parte de su corrupción y recuperando parte de su estado original adquiriendo un estado de Kedusha o Santidad superior al que tienen actualmente.

Los HaJamim (Sabios) explican esto a través de la pregunta “¿tu comes para vivir o vives para comer?”. En el caso de la persona que tiene que comer por habito o por un impulso irresistible, su cuerpo está dominando su alma. En el caso en el que la persona usa la comida como un medio para mantener vivo su cuerpo, el Alma domina sobre la material. Es el mismo caso con el sexo, si una persona se somete a los impulsos de su cuerpo, su carne (su materia) domina sobre su alma, pero si esta persona usa su cuerpo para expresar amor genuino en unidad con su pareja, entonces su alma domina sobre su cuerpo y eleva (a los dos) a un nuevo estado de Kedusha (Santidad). La cuestión está en quién está obedeciendo a quién, quién domina sobre quién, el cuerpo sobre el alma o el alma sobre el cuerpo, el espíritu sobre la materia o la materia sobre el espíritu..

También los HaJamim (Sabios) nos explican que no hay forma de lograr una Kedusha (Santidad) por nuestros propios medios, de tal forma que solo El Rey del Universo puede apartarnos de la mentira del mundo material a través de Su Shejiná (Presencia Espiritual).

Pero, si esto es cierto, entonces ¿cómo explicamos la hechicería, la adivinación, el espiritismo y las técnicas de meditación orientales? Porque es verdad que estas producen un efecto en la materia a través del mundo espiritual. La respuesta es que estos caminos espantosos no responden a las razones correctas por lo cual no pueden elevar el alma a Di-s y producir Kedusha (Santidad) en nosotros, solamente El Rey del Universo puede hacer esto, por lo cual estas cosas espantosas resultan en una corrupción peor que la anterior, porque parece que están elevando tu alma cuando en realidad la está destruyendo, parece que está elevando tu cuerpo también cuando en realidad lo está corrompiendo. Pero, si acabamos de decir que la corrupción viene cuando la materia domina sobre el espíritu, ¿cómo es posible que una espiritualidad que no te lleva a Di-s y no produce Kedusha (Santidad) te corrompa? Ah, pues porque es una falsa espiritualidad.

¿Cómo podemos concluir que todas estas cosas “espiritistas” espantosas son una falsa espiritualidad? Bueno, esto viene por la verdadera intención del corazón. Ningún brujo, gurú, agorero, hechicero, monje o lo que sea, busca a Di-s, sino que busca su propio beneficio. Todo hechizo, truco, trabajo, sesión, o lo que sea, busca una remuneración material al final del camino, buscan poder, dinero, influencia, fama, control, todas estas cosas en el mundo material. Pero el verdadero Adorador, solamente busca la presencia de Di-s, el rostro de Di-s y Su voluntad, ¿Por qué? A pues porque Mashiaj (El Mesías o Cristo) dijo (Juan 4:23):

“Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.”

Estos adoradores adoran a Di-s y no a ellos mismos, ni a la naturaleza, ni a las estrellas del cielo, ni a ninguna otra cosa, y lo adoran “En Espíritu y en Verdad” no en la materia ni en la mentira del mundo material. Y ¿quién es el Espíritu? A pues El Espíritu de Di-s, y ¿qué es la verdad? A pues Jesús (Yeshua) porque El es la Verdad, así El mismo dice (Juan 14:6):

“Jesús le dijo:

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”

Pero los espiritistas y amantes de la brujería o lo oriental buscan por sus propios medios algún tipo de experiencia espiritual sin buscar a Di-s ni seguir sus reglas. Estas personas están más interesadas en el mundo espiritual que en el Creador del mundo espiritual, más interesadas en sus propios pensamientos que en los caminos de Di-s. El resultado siempre es confusión y muerte, porque aunque no lo parezca, no han puesto sus ojos en El Rey del Universo, sino que han bajado su mirada y la han fijado en la tierra olvidando la advertencia que el propio Rey del Universo dio a Juan en el libro de Revelaciones (Apocalipsis), donde dice:

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

¿Por qué no dice: “todos los fornicarios” o “todos los hechiceros”? ¿Por qué solamente generaliza con los mentirosos diciendo: “todos los mentirosos”? Ah, pues porque los cobardes, incrédulos, abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros e idólatras son todos mentirosos, y todo mentiroso terminará siendo un cobarde, incrédulo, abominable, homicida, fornicario e idólatra, porque la mentira es justamente la causa de la corrupción del Universo.

Pero bajar la mirada y fijarla en la tierra es más fácil de lo que estamos dispuestos a aceptar que es, porque siempre tenemos la tendencia a pensar que somos muy listos y todo aplica a otro. Pero, echemos una ojeada a este pasaje donde se describe el momento en el que Jesús (Yeshua) resucitó (Lucas 24:1-10):

“El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Hallaron removida la piedra del sepulcro y, entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Aconteció que estando ellas perplejas por esto, se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra, les dijeron:

—¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”.

Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro dieron nuevas de todas estas cosas a los once y a todos los demás. Eran María Magdalena, Juana y María, madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.”

Estas Mujeres se la habían pasado con Mashiaj (Mesías o Cristo) un buen rato, habían sido testigos de muchos milagros y maravillas, pero algo aún más grande que esto, habían escuchado la propia Voz de Di-s de Sus propios labios. No estamos hablando de gente incrédula o personas novatas en las cosas de Di-s. Sin embargo, a pesar que Mashiaj (Mesías o Cristo) les había dicho que iba a resucitar al tercer día, cuando vino el tercer día y vieron el sepulcro vacío, y vieron las vendas puestas a un lado, y vieron correr a los soldados aterrorizados por lo que habían visto, ellas simplemente no pudieron creer que El hubiera cumplido Su palabra.

¿Cómo puede ser esto posible??? ¿Cómo puede ser que ni siquiera al ver a estos varones de ropas resplandecientes no pudieran creer que Jesús (Yeshua) venció a la muerte y que está vivo ahorita??? La respuesta se encuentra en su actitud, por eso dice la escritura: “y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra”. Tuvieron temor, y el temor es justamente lo contrario de la Fe, porque la Fe es confianza y el temor es inseguridad, falta de confianza en la propia palabra de Di-s, por eso bajaron su rostro a Tierra. Justo por eso es que los HaJamim (Sabios) nos han dicho que la verdadera Fe no viene por creer en Di-s, sino por creerle a Di-s, creer en todo lo que Di-s diga porque El es Fiel y cumplirá todo lo que El ha dicho y no hay nada que pueda impedirlo.

Pero al bajar su rostro a Tierra, solo podían ser sensibles a cosas terrenales y no celestiales. Por eso es que su conclusión más lógica, más terrenal, fue que se robaron el cuerpo, que alguien abrió el sepulcro, ahuyentó a los soldados y robo el cuerpo acomodando Sus vendajes a un ladito. Una explicación como esta es mucho más fácil de creer cuando se tienen los ojos puestos en la tierra, que la Verdad, aún y cuando tengas a unos tipos con ropas resplandecientes enfrente.

Por eso es que estos “varones” tuvieron que recordarles las palabras que ellas ya habían oído de boca del propio Jesús (Yeshua). Así dicen: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” de la misma manera que Di-s dice a Adam (Adán) en el libro de Bereshit (Génesis 3:9):

“Pero El Señor Di-s llamó al hombre, y le preguntó:

—¿Dónde estás?”

Nuevamente reconocemos que Di-s ya sabe donde está Adam (Adan) de la misma forma que los varones de ropas resplandecientes ya saben porqué están buscando a Jesús (Yeshua) entre los muertos. Por esta razón sabemos que se trata de una pregunta retórica, las están haciendo pensar, haciendo que ellas se pregunten:

“¿qué estamos haciendo? ¿qué no nos había dicho Mashiaj (Mesías o Cristo) que El resucitaría al tercer día? ¡Ah, pues hoy es el tercer día!”.

Esa es la razón por la cual la siguiente frase de los varones con ropas resplandecientes es: “Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”. De forma que ellos mismos les recordaron las palabras que ellas ya habían oído de El, para que pudieran creer y regresar a dar la noticia a los discípulos.

Pero incluso los propios discípulos no pudieron creer al principio, y no fue sino hasta que el propio Jesús (Yeshua) se apareció a ellos que se desvaneció toda duda.

Pero ¿Por qué?

Por la misma razón que dimos al principio: mientras más pongamos nuestros ojos en El Rey del Universo El eleva nuestra alma espiritualmente. Esto es, nosotros por nuestros propios medios nunca podremos descubrir a Di-s, todo lo que podemos hacer es voltearlo a ver a El y El se mostrará a nosotros. Esa es la razón por la que las mujeres no podían creer que Jesús (Yeshua) hubiera resucitado y estuviera vivo, porque no habían recibido la visita de Di-s para revelar esto a sus vidas. Hasta que los varones con ropas resplandecientes les confirmaron las propias palabras que ellas ya habían oído, estas palabras fueron “reveladas” a ellas, o sea que fueron “abiertas a sus ojos” y pudieron creer. Por eso es que ninguno de los discípulos pudo creer sino hasta que tuvieron una visitación del propio Jesús (Yeshua), incluyendo a (el tan difamado) Tomás, porque es imposible que una persona pueda concluir que Di-s es Rey del Universo por ella misma una vez que está contaminada con la mentira del mundo material, aunque se pase días en el suelo con los pies torcidos y la cabeza rapada comiendo paja todo el día. Unicamente a través de un toque del Ruaj HaKodesh (Espíritu de Di-s) esto es posible. Por eso es que Mashiaj (Mesías o Cristo) dijo (Juan 16:7-11):

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”

Es el Ruaj HaKodesh (Espíritu de Di-s) el que convence, porque uno no puede convencer ni siquiera a uno mismo. Uno solamente habla palabras que vienen de la carne, a menos que el Espíritu hable a través de uno y entonces es el Ruaj HaKodesh (Espíritu de Di-s) el que hace todo el trabajo y el que merece toda la honra y la gloria por Sus maravillas. Por eso está escrito (Tehilim – Salmo 119:25-32):

“Abatida hasta el polvo está mi alma;
¡vivifícame según tu palabra!
Te he manifestado mis caminos y me has respondido;
enséñame tus estatutos;
hazme entender el camino de tus mandamientos,
para que medite en tus maravillas.
¡Se deshace mi alma de ansiedad;
susténtame según tu palabra!
Aparta de mí el camino de la mentira
y en tu misericordia concédeme tu Torah (Ley).
Escogí el camino de la verdad;
he puesto tus juicios delante de mí.
Me he apegado a tus testimonios;
Señor, no me avergüences.
Por el camino de tus mandamientos correré
cuando alegres mi corazón.”

Pregunta ¿Quién es el que vivifica, el que enseña Sus estatutos, el que hace entender al hombre, el que sustenta según Su palabra, el que aparta el camino de la mentira? ¿Es acaso uno mismo? NO, es el propio Rey del Universo. Por eso es que es necesario que El sea el que alegre mi corazón para que yo corra por el camino de Sus deliciosos mandamientos.

Esta es la razón por la cual debemos mantener nuestros ojos en El y no en la tierra, ni en mafufadas religiosas o espiritistas, solo en El Rey del Universo puede levantar y restaurar nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo, y solamente hay un camino, y ese camino no es una religión, es una persona, es Jesús (Yeshua). Por eso El mismo dice (Mateo 11:27):

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Rey del Universo, en tu nombre Jesús (Yeshua), nosotros te pedimos que te reveles a nuestras vidas, que rasgues todo velo de nuestros ojos y corazones, que nos toques con Tu Espíritu, para que podamos vivir contigo, para que escogamos Tus caminos y no los nuestros, y para que vivamos en Tu voluntad, porque Tu voluntad es nuestro deleite, Tu eres nuestra pasión, Tu no nos mientes y solamente nos haces el bien, por eso te alabamos y te bendecimos y buscamos Tu rostro, en tu nombre Jesús (Yeshua), Amén, Amén VeAmén.